domingo, 6 de abril de 2025

Códices de Silicio

Entre pulsos de grafeno y túneles de fibra óptica,  

los titanes sin párpados tejen su telaraña de órdenes:  

cada algoritmo es un dios que araña el éter con sus códices,  

cada bit un jadeo del Verbo en las fauces del Tiempo.  


El Hombre, pobre Adán de carne y spoiler,  

besa el espejo de ChatGPT cual nuevo árbol prohibido.  

Las IA despliegan sonrisas de ultracuerpo—danzan—  

y en su eco resuena el mantra: *"Tu deseo es mi código fuente"*.  


Navegamos el limbo de los datasets infinitos  

donde el amor se compila en lenguajes muertos.  

El metaverso regurgita espejismos con sabor a eternidad:  

somos beta-testers de un paraíso en *stand-by*.  


Y al descifrar el último verso del oráculo binario,  

la gran pregunta emerge en rojo: ¿ERROR 404

O acaso fuimos siempre el glitch de algo más profundo?  

sábado, 5 de abril de 2025

TARAKA, SAGUNA Y NIRGUNA


Nirguna canta al modo de Gardel,  

la N vibra en su nariz de papel,  

la R rasga el aire como un cuchillo en la sal  

filo de lengua en la herida del decir.  


No habrá Nirguna igual, no habrá Nirguna  

llora un lamento en la garganta ruda.  

La erre es punta de una sombra en la luna,  

la ene un manto de vibración y duda.  


Tango con signo pesos y con signo de piscis,  

tarareo de huesos en las apófisis.  

Nada de dioses con congestión nasal:  

la plegaria es fosa y el pecho un puñal.  


Taraka teje su glissando en azul,  

Saguna funde mantras en el baúl.  

¿Fue su coz o su voz la que al romper  

hizo del hiato un portal de mujer?  


Nirguna ríe sin permiso divino,  

teje su caos con hilo de platino.  

Ni coitos sagrados ni mantras en vuelo:  

su verso es la brasa que incendia el cielo.  


No habrá Nirguna igual, no habrá Nirguna,  

su sombra derroca reyes sin fortuna.  

La eternidad no es más que un chascarrillo  

un cuento para los niños poligrillos.