Toni estaba siempre, junto al capitán
Era su amor, su compañero, su encantador galán
Tenían una banda y lo hacían muy bien
Pelaban mucho dedo, tocaban como cien
Detrás del dúo monstruoso, honroso, el batero
les seguía bien el tren, con ritmo muy certero.
Finalmente Toni con el capitán, se casó
y todo fue amor, canción, fragor, pasión, fulgor
Las palabras que rematan cada verso
se entrelazan, en concordia consonante
No es converso, ni perverso lo diverso,
y así a mí me resulta mucho más interesante
Quizás había un detalle que Toni no había notado
el capitán no se sacaba nunca los anteojos ahumados.
Distrayendo con su ancla y su brújula había ocultado
sus grandes ojos de plato volador insolado
Los ojos del capitán eran como dos planetas
húmedos y brillosos y de una extensión sin meta
Toni, al descubrir este rasgo extraterrestre
no pudo soportarlo y huyó como a la peste
Las palabras que rematan cada verso
se entrelazan, en concordia consonante
No es converso, ni perverso lo diverso,
y así a mí me resulta mucho más interesante
con ojitos normales, un rubiecito güero,
y Toni siguió con pasión por la canción con emoción
demostrando así al mundo que siempre habría amor.
Entretanto el pobre capitán lloró y lloró.
Y lloró y lloró, hasta que se ahogó.
Dos ríos de lágrimas llenaron su habitación
y así lo encontró el ovni de repatriación.
Las palabras que rematan cada verso
se entrelazan, en concordia consonante
no es converso, ni perverso lo diverso,
y así a mí me resulta mucho más interesante
No hay comentarios:
Publicar un comentario